Portafolio.
Módulo I: TIC, Currículum e Innovación
Prof. Especialista Msc Maria Paz Florio
El Classroom representa mi “libro de bitácora” o “mi agenda” en mi
quehacer diario, que consiste en la enseñanza. Ser maestra definitivamente
forma parte de mi ser. Trabajo en educación en varias Facultades de la UNA, y eso me obliga a tener hábitos de
organización, para tratar de cumplir a cabalidad las obligaciones del profesor.
Forman parte de esas afanosas tareas diarias cuestiones tales como: preparar y
publicar para los estudiantes textos y materiales como hojas avanzadas, los
clásicos PPTX para cada una de las clases,
sin olvidar los infaltables vídeos. Google Classroom es una valiosa
ayuda para hacer todas estas cosas con mis alumnos.
Classroom es una aplicación desarrollada por Google, gracias a la cual
profesores y alumnos de un mismo centro pueden mantenerse siempre en contacto,
siempre en línea, de una forma relativamente sencilla, al principio, y demasiado
fácilmente, con un poco de entrenamiento. Todas las herramientas y
posibilidades de Classroom son autorizados para su utilización gratuitamente
para todos los centros educativos y organizaciones sin ánimo de lucro alrededor
del mundo. Es una herramienta digna de ser recomendada.
En esta primera unidad me
pareció desafiante realizar un vídeo con las característica que la docente
María Paz Florio solicitó y el producto final fue el vídeo que presento a
continuación. Me parece que hoy día un docente debe saber manejar el mayor
número de aplicaciones posibles.
También se realizó un trabajo colaborativo:
Creación audiovisual con el foco en los jóvenes
El foco en los jóvenes
En este apartado trabajamos con la creación audiovisual, y más abajo esta mi producto.También se realizó un trabajo colaborativo:
¿Cómo imaginamos que será la educación en las aulas
universitarias en los próximos 50 años considerando la enseñanza, el
aprendizaje, el currículum, las actividades, el rol docente, el rol de los
estudiantes, los espacios?
Autores: Blanca Ocampos, Violeta Rolón, Osmar Cabrera,
Gloria Brítez, Yhonny Vargas, Sady Escurra, Martha Gomez, Olga Aquino, Hugo
Cabrera.
Octubre /
Noviembre 2019
Resulta muy interesante como
Fernández Enguita[1] (2018) nos relata el proceso en el que aparecen las
tecnologías de la información y cómo las mismas proponen propuestas innovadoras
que buscan enriquecer o cambiar los rígidos, cuestionados y muy parametrizados
sistemas de la educación formal en la figura de la escuela.
Considerando el
currículum de las actividades de hecho que tiene que estar actualizado para esa
época y las asignaturas que componen el plan de estudios de las carrera deben
estar a la vanguardia con la actualidad del año 2070, las carreras del futuro de las cuales ya se
están hablando hoy son: Especialistas en Ciberseguridad, Computación en la Nube
e Internet de las Cosas, Desarrollador de aplicaciones web y multiplataformas,
Mantenimiento de aviónica, entre otras.
El currículum
deberá estar abierto a atender las demandas laborales del mercado: Abrir
canales de comunicación con la empresa e industria y crear unidades de
investigación y evaluación, serán algunas acciones necesarias para generar
programas de formación que logren el perfil del egresado que el mercado
requiere.
La tecnología
cambiará en las próximas décadas la manera de enseñar, nuevas plataformas que
harán de la enseñanza mucho más interactiva e innovadora. También supondrá
añadir sonido, vídeo e interacción a un mundo plano donde reinaba el
texto. Los entornos virtuales de
enseñanza y de aprendizaje facilitan la comunicación pedagógica entre los
participantes que intervienen en el proceso educativo y permiten crear espacios
o comunidades organizadas en torno al aprendizaje. (Paz Florio 2019).
Los docentes son
los que llevan a cabo la construcción de las propuestas didácticas virtuales.
La educación será
cooperativa y especializada: los
programas educativos con mayor nivel de especialización permitirán a unas
universidades diferenciarse de otras y por supuesto ofrecer una mejor
formación, en este sentido, las alianzas entre universidades para ofrecer
dobles titulaciones o especializaciones internacionales deben ser estrategias
para buscar lograr mayor competitividad.
En este sentido
Fernández Enguita (2018), afirma que la escuela no debe ser simplemente un
conjunto de aulas acumuladas sino que debe tener un proyecto, una dirección
eficaz y una relación flexible y ágil en red con la comunidad que la rodea.
En relación con
lo mencionado por Fernández Enguita (2018), y
tomando la frase de “porque la educación
debería de ser una cosa y es otra cosa”, en la actualidad... seguimos
igual; buscando adaptar un programa de otras regiones olvidando la cultura de
nuestro país para proponer una educación acorde a lo que realmente necesitamos.
Considerando la
enseñanza – aprendizaje: dependiendo de las carreras, se combinarán aulas
presenciales y virtuales, las tareas se podrán adaptar a diferentes estilos de
aprendizaje. De esta forma se podrán valorar las competencias de los alumnos de
manera más adecuada a sus perfiles. Cada alumno tiene necesidades, fortalezas y
debilidades que no pueden evaluarse de manera homogénea.
En el proceso de
enseñanza el docente tiene la tarea más
importante que es la de acompañar el aprendizaje del estudiante.
El docente debe
tomar en cuenta el contenido, la aplicación de técnicas y estrategias
didácticas para enseñar a aprender.
El
proceso de aprendizaje es personal, centrado en objetivos y que necesita una
continua y constante retroalimentación.
El
rol de los docentes es ser facilitadores de aprendizaje para los estudiantes,
por lo que el compromiso no debe centrarse en enseñar sino en apoyar al estudiante a aprender.
Fernández Enguita
cita a Mitra (Mitra & Rana, 2001), mencionado que este se proclama partidario del constructivismo
piagetiano, la pedagogía colaborativa y el aprendizaje situado, denomina,
parafraseando la terminología quirúrgica, una educación mínimamente invasiva.
Mitra considera que la educación es un fenómeno emergente que, con ciertas
condiciones materiales y pequeñas intervenciones, surge por sí mismo en un
entorno de aprendizaje y de mediación auto organizado. El profesor puede pasar
de instructor a mediador y propiciar que los alumnos, con la tecnología a su
alcance y colaborando desde la diversidad, aprendan por sí mismos.
Las
clases no consistirán en pasar horas sentados.
El aula dejará de
ser un espacio neutro a la realidad del estudiante. El docente facilitará un
entorno adaptado a la realidad de la sociedad. Entonces, se plantearán retos
reales y los estudiantes trabajarán colaborativamente para aportar soluciones.
Esos desafíos serán propuestos para motivar a los estudiantes redescubrir su
comunidad identificando los problemas y haciendo suyo las posibles soluciones a
dichos retos.
Imaginando como
sería la educación de aquí a 50 años y mencionado a Fernández Enguita quien
afirma que se necesita de un espacio o lugar para mantener a los alumnos: “La escuela seguirá siendo la institución
que se encarga de los cuidados de los alumnos, el papel de la escuela está
garantizada por la custodia o cuidado que ofrece al niño”, y al mismo tiempo nos presenta las hiperaulas y las define no con relación a su
tamaño, sino como reunión de varios grupos, de dos o más grupos, donde inclusive
se mezclan las edades y niveles de conocimiento de los participantes, además se
combinan educación presencial y virtual.
Las hiperaulas
combinan el grupo y la comunidad porque son flexibles de los agrupamientos,
pueden funcionar como gran grupo tipo conferencia o como pequeños equipos de
trabajo o como simple escenario de trabajo individual.
Es importante
destacar que los espacios de aprendizaje institucionales dependerán de las
inversiones que se logre en ese espacio y tiempo ya que si no se tiene inversiones
fuertes en tecnología para la educación ya sea presencial o a distancia se
estarán dictando las clases de manera tradicional.
Considerando el
rol docente: Fernández Enguita (2018) menciona que no necesitamos de miles y
miles de profesores clónicos que hagan lo mismo cada uno en su aula. Tenemos
que ir hacia una formación sólida profesionalizada, capaz de trabajar en equipo
y que más que transmisores sean diseñadores de situaciones y procesos de
aprendizaje.
El docente y su
rol de mediador será aún más relevante. Tal como lo dice Enguita; el profesor
podrá pasar de instructor a mediador y propiciar que los alumnos aprendan por
sí mismo con la tecnología y la colaboración basada en su propia diversidad. De
esta manera, el docente impulsará el autoaprendizaje y fomentará la curiosidad
intelectual de sus estudiantes.
El docente
incorporará la utilización y el manejo de las innovaciones digitales para
enseñar, serán sus principales útiles de trabajo. Es más, este docente no
solamente hará uso de esas innovaciones, sino que también las creará y
contribuirá con sus estudiantes para el desarrollo otras nuevas.
Según Fortuny
& Rodríguez (2012) el llegar a
ser un profesor
implica saber observar
de manera profesional
los fenómenos que ocurren
en una situación
docente, en especial
identificar, interpretar y valorar
aprendizajes específicos del
alumnado, probablemente esta situación no cambie de aquí a cincuenta
años considerando que tanto el dominio de la materia así como las habilidades
blandas son muy importantes para ser un buen docente
El maestro nunca
dejará de ser una pieza clave de esta historia; no obstante, su rol será
redefinido por completo y la manera como encara su trabajo.
“Es conocida, la postal de Jean- Maro Coté,
parte de una inédita colección, sobre cómo sería el futuro en el año 2000,
realizada en ocasión de la exposición universal en París, en 1900 //….// En
ella se representa, a los alumnos
recibiendo, a través de unos cascos y auriculares, cableados al techo, eso
sí, convenientemente alineados, ellos en sus pupitres a la manera de siempre, la información procedente de unos
libros...//” Fernández Enguita
(2018). Extrapolando esta misma situación, mirándonos de aquí a cincuenta años,
estos alumnos, no solo podrán graduarse en múltiples disciplinas a través de la
formación on line, sino que también, podrán hacerlo completamente, a través del celular; gracias a que los
avances tecnológicos son cada vez más sofisticados y las universidades
incorporan estos avances para modernizar sus plataformas on.line, que, en poco
tiempo será una realidad concreta que creen carreras enteras, que pueden
desarrollarse a través del móvil.
El docente en los
próximos de 50 años será visto como profesional altamente capacitado, que ha
pasado por varios procesos de selección demostrando sus conocimientos, pero
sobre todo sus habilidades sociales para interactuar con los estudiantes.
Considerando de
aquí a 50 años el rol del estudiante se caracterizará por su proactividad para
seguir las directivas del docente e iniciar su propio proceso de
autoaprendizaje
Aunque el entorno
virtual es un recurso valioso en el autoaprendizaje es fundamental compartir
ideales, pensamientos e intercambiar conocimientos cara a cara.
El estudiante
será el epicentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las imágenes son algunas de las
ilustraciones que contiene el libro de Fernández Enguita y está disponible en
este enlace:
Síntesis
El modelo basado
en que un único profesor es quien transmite o hace llegar la información se
acabó. La escuela aguanta porque es obligatoria y condiciona el acceso a los
siguientes niveles de educación. El progreso en educación está relacionada a la
ampliación de presupuestos, docentes, aulas entre otros. Que se debe de impulsar
desde la educación escolar hasta la universitaria. Imaginamos que la educación en las aulas
universitarias en los próximos 50 años en cuanto a la enseñanza sería en
entornos de hiperaulas, combinando la educación presencial y virtual, el
docente tendrá rol de diseñador de situaciones, actividades y proyectos que
impulsen el aprendizaje del alumno. Por tanto el alumno se convertiría en
investigador en hacedor de su propio aprendizaje.
Referencias:
- Entrevista
a Fernández Enguita. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=-HO6-bVY9yo&t=189s
- Enguita, M. F. (2001). Educar en tiempos
inciertos.
- Fortuny, J. M., & Rodríguez, R. (2012).
Aprender a mirar con sentido: facilitar la interpretación de las
interacciones en el aula. Avances de
investigación en Educación Matemática, (1).
- La educación del futuro.¿Cómo será el aula del 2050? Disponible en: https://www.victorarufe.com/2017/01/13/la-educación-del-futuro-cómo-será-el-aula-del-2050
- FERNÁNDEZ ENGUITA, M. (2018). Más escuela y menos aula. La
innovación en la perspectiva de un cambio de época. Morata: Madrid.
También se realizó una nota del autor, puede observar la misma haciendo clic en este link